Una persona (no binaria) de 26 años de iniciales S.H.M. denunció haber sido secuestrada en el local nocturno “Pagano”, ubicado en el sector de Errázuriz en Valparaíso.
A través de un comunicado, la víctima relató que, mientras bailaba con un sujeto, consumió un vaso de alcohol y minutos después empezó a “sentir extrañas sensaciones en su cuerpo”. Posteriormente, fue subido a un supuesto Uber donde perdió el conocimiento.
“Tengo recuerdos borrosos de cómo escapé de un auto en movimiento cerca de Barrio Puerto, corriendo hasta la casa de un amigo, según lo que conté allí, me prestaron auxilio algunas personas en la calle al verme en desorientación (…)”, relató en su comunicado.
(…) Tengo imágenes en mi cabeza de que me obligaron a practicar sexo oral a uno de ellos. Me robaron la mochila, teléfono y mis tarjetas, dejando mis cuentas en cero”, añadió.
Posterior a esta situación, S.H.M. señaló acudió a la Segunda Comisaría de Carabineros de la Ciudad Puerto, donde acusa que su relato “fue relativizado por parte de funcionarios policiales”.
Una vez en el Hospital Carlos van Buren, cuenta que le realizaron un screening de drogas, recibiendo un “trato transodiante” debido a su identidad de género.
En la misma línea, apuntó contra el recinto sanitario porteño asegurando que los resultados del examen “no estaban, debido a que las funcionaras de turno de la mañana no habían realizado correctamente el procedimiento”, por lo que volvió a someterse al examen toxicológico.
La persona secuestrada afirma que ambas atenciones se hicieron sin respetar la circular 21 del Ministerio de Salud, que dicta que los funcionarios y funcionarias de las red de atención de salud pública deben respetar su nombre social de las personas al identificarlas y usarlo para todos los registros administrativos junto al nombre registral.
